10.01.2010

Dios hace avisos publicitarios andantes


(2 Corintios 3:1-3)

En la cultura popular los letreros fuera de las casas y colgados en las ventanas son una expresión muy típica de la recursividad de la gente para generar más recursos para el hogar, así es que uno se puede dar un paseo por el barrio e ir leyendo: “se forran y se pegan botones, se ponen cierres, se hacen ojales y dobladillos”. “Venta de helados, hielo y gaseosas”. “Se tapan goteras y se instalan canales”. “Se dictan clases de algebra, inglés y computación”. “Venta de huevos, pollos, gallinas y pre pizzas”. “Se alquila habitación para persona sola”. “Animación de bautizos, primeras comuniones, cumpleaños, matrimonios, divorcios y entierros”. “Se hacen traducciones y se pasan trabajos en computadora”. “Se reparan televisores, radios, planchas, licuadoras y ollas eléctricas”.”Se aplican inyecciones”.

En la época de los apóstoles en la Biblia había un aviso que tenía una gran significación y era: “Jesucristo es el Señor”. Ese mensaje para nosotros hoy en día no dice mucho, pues la palabra señor es un título que le damos a todo hombre mayor: “Sí señor, a sus órdenes”. “Cómo está usted señor Pérez”. Pero en aquella sociedad greco romana del primer siglo cuando una persona decía que Jesucristo era el Señor se estaba jugando la vida, pues estaba afirmando, según el original griego del Nuevo Testamento, que Jesús era el “Kurios”, el amo absoluto de todo el universo, el dueño de todo lo existente, un ser más poderoso que el mismo emperador romano. En otras palabras, cuando alguien confesaba con su boca, después de creerlo en su corazón, que Jesús era el Señor, lo que estaba proclamando era que creía en ese judío asesinado por el imperio romano como delincuente en una cruz. Y que a riesgo de ser llevado a la cárcel y que se le expropiaran sus bienes, y aún de ser arrojado con toda su familia al circo para ser devorados por los leones, él declaraba públicamente seguir y obedecer a Jesús como su amo, su Dios. Esa era la connotación de confesar audiblemente que Jesucristo es el Señor. Eso sí que demostraba que alguien era cristiano. Pero, ¿cuál sería el aviso que hoy en día tendría igual significancia? ¿Qué poder decir o colgar en la ventana para anunciar que en esta época post modernista yo soy cristiano? El apóstol Pablo dio en el clavo cuando expresó que cada cristiano es un aviso andante de Dios, una carta leída, un testimonio público.

Si te gustó este devocional y piensas que es una forma creativa de enseñar de Dios, por favor da clic aquí www.comunicacionescristianas.com e inscríbite para apoyar este 30 de octubre el Día Mundial de Oración por la Creatividad en los medios de Comunicación Cristianos, para que miles de comunicadores cristianos en el mundo reciban de parte de Dios una creatividad sobrenatural para usar radio, televisión, cine, medios impresos e internet anunciando su evangelio. Porque Jesucristo es mucho más que púlpitos y predicaciones. Y aunque no podemos cambiar ni una tilde ni una jota su evangelio sí tenemos que cambiar todas las tildes y jotas que sean necesarias en el uso de nuevas estrategias. ¡Apóyanos y consigue más apoyo! Gracias.

Tomado de:
“Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.

No hay comentarios.: